México mantiene una brecha de talento: sobran vacantes y falta evidencia sólida de competencia en los candidatos. La formación integrada al trabajo reduce esa brecha con retos de industria, estancias y competencias verificables con insignias digitales
Las vacantes actuales ya no se cubren con títulos o promesas, sino con competencias de vanguardia que generan impacto desde el primer día. El mercado laboral lo confirma: el 68% de las compañías en México enfrenta dificultades para cubrir posiciones, especialmente en TI, análisis de datos, ventas, marketing, atención al cliente, operaciones y logística. Lo que más se demanda son habilidades como trabajo en equipo, resolución de problemas, pensamiento crítico y resiliencia, según el informe de ManpowerGroup 2024.

A nivel global, las tendencias coinciden. El IBM Institute for Business Value estima que 40% de la fuerza laboral requerirá recapacitación en los próximos tres años por la adopción de IA y automatización; 87% de los directivos anticipa puestos «aumentados», no sustituidos. Las habilidades más valoradas hoy son la gestión del tiempo, la priorización, el trabajo en equipo y la comunicación, mientras que las STEM descendieron al lugar 12.

En paralelo, un reporte de Microsoft y LinkedIn revela que 75% de los trabajadores del conocimiento ya utiliza herramientas de IA, y 66% de los líderes evita contratar a quienes carecen de dichas competencias. La exigencia es clara: programas de recapacitación y certificación con evidencia verificable.

LinkedIn también identificó que la habilidad más buscada en 2024 fue la comunicación. En plena era de la IA, las empresas priorizan la capacidad de explicar, escuchar, persuadir y coordinar. Junto a comunicación destacan servicio al cliente, liderazgo, gestión de proyectos y analítica: una combinación de competencias humanas y técnicas que obliga a rediseñar los planes de estudio para vincular datos y personas.

La formación integrada al trabajo (FIT) ha demostrado ser la vía más efectiva para ello. Estancias, retos con empresas y proyectos aplicados fortalecen la empleabilidad y las redes profesionales, aunque requieren gobernanza, roles definidos y evaluación conjunta. Universidad y empresa deben actuar como socios que codiseñan, no como cliente y proveedor.

México posee una oportunidad en este modelo. Durante el Impact Summit 2025 de InStride, Tecmilenio presentó una ruta centrada en la alianza universidad-empresa: certificaciones de ocho semanas diseñadas con líderes de la industria, enfocadas en empleabilidad y propósito de vida.

El vicerrector académico de Tecmilenio, Dr. Luis Gutiérrez Aladro, señaló que los jóvenes buscan aprender de forma práctica y aplicada. Por ello, el modelo educativo MAPS integra tres capas: habilidades cognitivas —análisis, creatividad, decisiones basadas en datos—; competencias humanas —comunicación, liderazgo, trabajo transversal—; y técnicas —alfabetización en IA y datos—. La evaluación se traslada al portafolio verificable con insignias digitales, certificados con co-branding y resultados medibles.

La visión es clara: integrar trabajo y aprendizaje a lo largo de toda la trayectoria. Con un marco FIT en desarrollo, Tecmilenio impulsa experiencias laborales evaluadas desde etapas tempranas. En un entorno marcado por el nearshoring, la automatización y la transición verde, la educación con propósito y evidencia se consolida como el camino para reducir la brecha de talento y construir carreras con impacto.