- México es el noveno productor de calzado a nivel mundial.
- El sector está conformado en gran medida por pequeñas y medianas empresas, aunque también hay grandes fabricantes con presencia internacional.
- Consumo interno dominado por productos extranjeros.
El Gobierno de México anunció nuevas medidas para proteger a la industria nacional del calzado, tras detectar que una parte importante de los productos importados ingresaba al país bajo el esquema IMMEX. Este mecanismo permite la importación temporal sin impuestos, lo que ha generado una competencia desleal para los fabricantes locales.
Aunque México es uno de los principales productores de calzado en el mundo, la mayoría de los pares que consumen los mexicanos son importados. Expertos señalan que el consumo interno está dominado por productos extranjeros, lo que limita la competitividad del sector nacional.
“Proteger e impulsar a la industria del calzado es una prioridad, no solo porque representa miles de empleos y tradición en nuestro país, sino porque también tiene el potencial de competir con calidad en los mercados internacionales. Garantizar condiciones justas es apostar por el presente y el futuro de este sector emblemático de México”, compartió Carlos Pérez, director general de NYCE México.
Este dinamismo implica no solo una capacidad creativa y productiva destacada, sino también la necesidad de fortalecer los procesos de certificación y cumplimiento con estándares nacionales y regulaciones internacionales.
Por esta razón, NYCE ha desarrollado un protocolo de pruebas de laboratorio exigido en países como Estados Unidos, Canadá, la Unión Europea, Japón o Australia, para que los fabricantes nacionales puedan demostrar el cumplimiento de sus productos desde nuestro país.
El lanzamiento de cerca de 5,600 modelos al año refleja la magnitud del sector y su potencial de crecimiento, pero al mismo tiempo subraya la importancia de garantizar estándares de calidad que respalden la competitividad del calzado mexicano en los mercados más exigentes del mundo.
“Si queremos que más empresas mexicanas aprovechen las oportunidades de exportación, es fundamental que adopten las pruebas y certificaciones necesarias para cumplir con las normas internacionales”, señaló el Director general de NYCE, “No se trata solo de abrir puertas en nuevos mercados, sino de hacerlo con confianza y calidad. Por ello, también es clave que los tiempos de respuesta en los procesos de verificación sean ágiles y eficientes, de manera que las marcas puedan competir en igualdad de condiciones y responder a la velocidad que exige el mercado global”.
La implementación de estas medidas no solo busca equilibrar el mercado interno frente a la competencia desleal, sino también consolidar al calzado mexicano como un referente de calidad, innovación y diseño a nivel global. Con reglas claras, certificaciones sólidas y tiempos de respuesta más eficientes, México tiene la oportunidad de posicionarse no solo como un gran productor, sino como un líder exportador en la región y en el mundo.
Uno de los principales desafíos que aún enfrenta la industria es la creciente entrada de calzado de bajo costo y baja calidad proveniente de Asia, que en muchos casos no cumple con los estándares técnicos mínimos exigidos. Esta situación no solo impacta en la competitividad de los fabricantes nacionales, sino que también representa un riesgo para los consumidores, quienes pueden verse afectados por productos sin garantías de seguridad ni durabilidad.
En este escenario, el llamado es claro: proteger a la industria del calzado requiere una estrategia integral que combine regulación efectiva, cumplimiento estricto de las normas y apoyo decidido a la innovación empresarial. Solo así se logrará que el “Hecho en México” continúe siendo sinónimo de tradición, diseño y excelencia, consolidando al calzado nacional como un orgullo que trascienda fronteras.