Por Elizabeth Ambríz, Presidenta de la Sociedad Mexicana de Autores de las Artes Plásticas (SOMAAP)

Durante las grandes crisis, como la pandemia mundial de Covid-19 o la invasión de Rusia a Ucrania, se olvidan derechos humanos fundamentales, como el arte.
¿Cómo pueden volverse más accesible la belleza e implicaciones cognitivas que conlleva la creación artística?
Las nuevas tecnologías y las comunicaciones resultan beneficiosas para acercar a una proporción significativa de personas al arte universal. Por ello, es necesario incentivar concursos abiertos a artistas nacionales y extranjeros, destinados a proporcionar obras significativas a espacios públicos relevantes. El patrocinio de empresas tiene un rol fundamental en ello.
Al mismo tiempo, conviene promover la instalación de galerías en todas las ciudades del país, especialmente en zonas turísticas, que animen el ambiente artístico local y permitan a los creadores encontrarse con la comunidad.
Por otra parte, debemos considerar que en la cultura actual inciden diversos países y etnias, no sólo nativas sino procedentes de inmigrantes y de muchos otros países dada la democratización tecnológica y de comunicaciones.
Promover la integración de valores y tradiciones es una manera de fortalecer el acceso al arte.
Así, acercarse a los grupos de inmigrantes con iniciativas que les permitan mostrar su cultura y abrir espacio a sus artistas, genera un diálogo creativo con la cultura nacional a la par que se incentiva en los mexicanos el conocimiento de la cosmovisión y cultura artística de los pueblos originarios.
En una era en la que la tecnología adquiere gran predominio social y empresarial, debemos recordar que la alta digitalización no alcanzará a las actividades eminentemente humanas como la creación. Así, la educación debe replantearse para que involucre expresiones verbales, escritas y visuales.
Cada uno de nosotros tiene la responsabilidad de democratizar las experiencias lúdicas y estèticas del arte. No es una tarea restringida a colegios y universidades. Es parte de nuestra esencia y debemos concientizar a todos de ellos y acercarlos a expresiones que enriquezcan la propia percepción.
Cuando todo parece incierto, efímero y confuso, la belleza intrínseca de la creación, la revaloración de todo desde una óptica holística, puede brindar respuesta y mejores concepciones de la vida, trascendencia y tiempo. Realmente, necesitamos el arte.