La Garci-Crespo abusa de la ley a conveniencia.

No hagas a otros lo que no quieres que te hagan a ti, esa máxima debería regir nuestras vidas  pero no, la gente ruin usa la ley a su conveniencia.

En toda demanda, los organismos encargados de la impartición de justicia y de hacer cumplir la ley, se encargan de velar por el cumplimiento y resguardo de los derechos humanos, según se estipula en el Artículo 1° de la Constitución Política que rige a México.

La Señora Diputada se asegura de velar por sus derechos humanos mientras pisotea los del Clan Romero Celis y de la misma Señorita Socorrito. Ella exige respeto mientras se ha burlado descaradamente de la defensa en el juicio que sostiene desde 2016.

La impunidad en la que se regodea la Monina es un insulto para todo Tehuacán y una vergüenza para el gobierno poblano. Solapar actitudes delictivas descaradas de funcionarios públicos es inadmisible.

Todo funcionario público debería estar al servicio de sus representados y regirse por los principios de justicia, lealtad, honestidad, honradez y eficiencia. Pero resulta que la justicia para la Monina es robarse el dinero que no es suyo al precio que sea y salir  “limpia”. Vaya atrevimiento el suyo. Semejante burla debe ser evidenciada.

La única lealtad se la debe a sí misma, por eso Socorrito no la incluyó en su testamento. Es eficiente para mentir, robar y estafar…

A la repartición de honradez y honestidad no fue requerida, estaba ocupada estafando a alguien, seguramente…

Ni la Monina ni sus famosos abogados, los hermanos Huerta Gómez, cumplen con el perfil de un funcionario público. Y  lo que es peor, les importa poco evidenciarse en pos de su ambición.